El género policial
La literatura se nutre de los pensamientos, vivencias y
preocupaciones que conforman la existencia del ser humano en cada época.
Durante el siglo XIX, el acelerado crecimiento de las ciudades –
fundamentalmente Londres y París- determinó profundos cambios en las
experiencias y percepciones de los sujetos.
La prensa – que también se desarrolló con rapidez- expuso
muchas de estas transformaciones: los ámbitos urbanos comenzaron a ser, por
ejemplo, escenarios de crónicas policiales que, en un pasado no tan remoto,
hubiese sido impensable para sus habitantes. Un sentimiento de desprotección
prosperó entonces junto con la sociedad de masas, en las que resultaba cada vez
más sencillo para un criminal borrar sus huellas.
La literatura percibió la preocupación del público lector:
en ese contexto surgió la narrativa policial, que en sus inicios se publicó en
periódicos y, por lo tanto, compartió las páginas con los hechos de actualidad.
El género proponía un orden restablecido y, gracias a la capacidad
extraordinaria de un detective, daba respuestas que en las crónicas policiales
los lectores no podían hallar.
Orígenes y
características del género policial
Aunque algunos autores han rastreado sus características en
relatos muy antiguos, los orígenes del género policial clásico o de enigma
pueden ubicarse en 1841, año en el que Edgar Allan Poe publicó “Los crímenes de
la calle Morgue”. El protagonista de esa historia, Auguste Dupin- que posee una
inteligencia superior a la de los demás hombres-, cumple el rol de detective,
porque es el único capaz de resolver un enigma para el que la policía no
encuentra solución.
En aquel relato, Poe presentó los rasgos que, con el tiempo,
se consolidaron como propios del género.
La estructura del
policial clásico
Todo relato policial clásico presenta dos historias: la
historia de la investigación que va develando
una segunda historia, la del crimen.
El policial negro
El policial clásico o de enigma se conoce también como
policial inglés, debido a que fue practicado por una cantidad de escritores de
esa nacionalidad. En cambio, el género conocido como serie negra (o novela
negra, o dura) se desarrolló en los Estados Unidos a partir de la segunda
década del siglo XX. Entre sus representantes más reconocidos se encuentran
Dashiell Hammet y Raymond Chandler.
A diferencia del clásico, el policial negro despliega una
crítica social: escenifica el clima de corrupción y violencia de las grandes
ciudades estadounidenses de la época, donde el poder de la mafia crecía de
manera acelerada. Por esa razón, el móvil se vuelve más importante que el
enigma por resolver, ya que en general se sabe desde un principio quienes son
los delincuentes. El protagonista suele ser un detective privado, presentado
como uno de los pocos sujetos incorruptibles.
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