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Puntuación



Apuntes sobre puntuación


¿Cuál es la función de la puntuación en el texto escrito? La puntuación sirve para

-          estructurar las diversas unidades del texto;
-          organizar la información en capítulos, apartados, párrafos, etc.;
-          delimitar las oraciones y poner de relieve determinadas ideas;
-          darle cohesión al texto;
-          destacar giros sintácticos;
-          eliminar o reducir ambigüedades;
-          modular la respiración en la lectura en voz alta;
-          generar efectos estilísticos;
-          marcar y reconocer diferentes tipos textuales.

En definitiva, la puntuación constituye un mecanismo fundamental de producción e interpretación del sentido, de modo que la alteración o modificación de cualquier minúsculo signo puede resultar suficiente para transformar un texto en otro completamente distinto.
Por otra parte, en tanto la escritura es construcción del pensamiento, la puntuación constituye un instrumento indispensable de esta función. En este sentido, es posible determinar el grado de complejidad de cualquier escrito e inclusive reconocer tipos de textos atendiendo a los signos utilizados en ellos y al índice de frecuencia con que aparecen.


Punto (.)

El punto representa la mayor pausa sintáctica dentro de la convención ortográfica, mayor que la que establecen la coma y el punto y coma. Existen tres clases de puntos, que delimitan distintos tipos de unidades textuales:

a)      Punto seguido: separa oraciones que integran un párrafo. Así, se indica que, en la secuencia siguiente, se sigue tratando un mismo tema o se enfocan aspectos diferentes de una misma idea.
b)      Punto aparte: se utiliza para separar períodos más amplios, como los párrafos de un texto, es decir, las unidades formadas por oraciones que desarrollan un mismo núcleo temático.
c)      Punto final: indica la terminación de un escrito o una división importante del texto (parte, capítulo, etc.)

El punto siempre debe emplearse después de las abreviaturas (ejemplos: op. cit., cfr., cap., pág., etc.).

Algunos usos incorrectos del punto:

a)      No llevan punto los títulos o subtítulos de libros, artículos, capítulos, etc. cuando aparecen aislados (ejemplo: La vida breve, La muerte de Artemio Cruz).
b)      No debe escribirse punto después de los signos de interrogación y exclamación (ejemplo: ¡Qué frío que hace aquí! ¿Dónde he puesto mi abrigo?).
c)      No se coloca punto en las cifras que indiquen años, en la numeración de páginas o número de leyes y decretos (ejemplo: año 1998; página 1142; decreto 1085/1997).


Coma (,)

La coma indica una pausa breve y permite delimitar los distintos componentes de la oración. Es importante tener en cuenta que no todas las pausas de la lengua oral se transcriben en la lengua escrita, ni todas las pausas que se indican con comas y obedecen a las normas de uso de este signo se hacen siempre en la lengua oral.

Debe escribirse coma en los siguientes casos:

a)      Entre los términos de una enumeración excepto cuando vayan precedidos por las conjunciones y, e, ni, o, u (ejemplos: Compró todo lo que le había encomendado: pinceles, óleos, aceites, telas, etcétera. / Reveló poseer un carácter irascible, intolerante y agresivo.)
b)      Entre construcciones verbales gramaticalmente equivalentes o que cumplen la misma función sintáctica, excepto cuando están precedidas por las conjunciones y, e, ni, o, u (ejemplo: Antes de abandonar el país, visitó a sus amigos, donó sus libros a la universidad y confió sus manuscritos a un colega); sin embargo, se coloca coma delante de la conjunción cuando la construcción que esta encabeza expresa un contenido semántico (temporal, consecutivo, etc.) diferente del expresado por la secuencia anterior (ejemplo: Arregló la verja, cortó el césped, podó la enredadera, y se sentó satisfecho a contemplar su obra.)
c)      Entre proposiciones de cierta extensión que poseen distinto sujeto independientemente de que vayan precedidas o no por conjunción (ejemplo: Algunos gritaban, otros murmuraban, y no pudimos enterarnos de nada).
d)     Delante y también detrás del relacionante que cuando encabeza una proposición adjetiva explicativa, especialmente si su explicación puede confundirse con la del que especificativo (ejemplo: El buey y la vaca viejos, que se destinan a carne. Cfr. con: El buey y la vaca viejos que se destinan a carne. En el primer ejemplo todos los bueyes y vacas tienen ese destino; en el segundo, sólo algunos).
e)      En todos los casos en que es necesario indicar que un elemento se relaciona no con la palabra inmediatamente precedente sino con otra más alejada o con todo el enunciado (ejemplo: Obligó a Pedro a hablar, con habilidad. Cfr. con: Obligó a Pedro a hablar con habilidad. En el primer ejemplo alguien se vale de su propia habilidad para obligar a hablar a Pedro, mientras que en el segundo el que habla con habilidad es Pedro).
f)       Delante o detrás, o en ambos lugares a la vez, de un vocativo (ejemplos: Juan, llámame por teléfono esta noche. / Llámame por teléfono esta noche, Juan. / Te ruego, Juan, que me llames por teléfono.)
g)      Cuando se invierte el orden regular de la oración, anteponiendo palabras, construcciones o proposiciones que deberían ir pospuestas. La coma debe colocarse después del elemento anticipado (ejemplo: Para no olvidarme, haré un nudo en el pañuelo. El orden regular de la oración es: Haré un nudo en el pañuelo para no olvidarme).
h)     En lugar de un verbo que se elide o se suprime por ser repetición de otro ya enunciado en la proposición anterior o porque se sobreentiende (ejemplos: Los niños, en el jardín. / Unos prefieren una cosa; otros, otra.). Se considera dentro de este caso a la coma que se coloca detrás de también (u otro adverbio) para indicar una oración sobreentendida (ejemplo: Cuando escribe, enciende un cigarrillo tras otro. También, cuando aguarda la opinión de algún crítico.)
i)        Delante de como, cuando esta palabra no encabeza una comparación sino que introduce un ejemplo (ejemplo: Le gustan las grandes metrópolis, como Tokio o Nueva York.)
j)        Delante de proposiciones coordinadas consecutivas (ejemplos: Pienso, luego existo. / Llovió durante toda la semana, así que resolvimos regresar dos días antes.)
k)      Delante de proposiciones causales lógicas y explicativas (ejemplo: Es una persona generosa, porque nunca ha dejado de ayudar a sus amigos.)
l)        Delante de las proposiciones encabezadas por pero, mas, aunque, sino, salvo, excepto.
m)   Delante y detrás de palabras, construcciones y proposiciones intercaladas que interrumpen una oración para precisar, aclarar, ampliar o comentar lo dicho. Se consideran incisos de este tipo a las aposiciones nominales, las construcciones absolutas y cualquier aclaración, precisión o comentario referido a circunstancias temporales, fuentes, mención de obras o autores, etc. (algunos ejemplos: Desde que se fue, hace más de un mes, no lo he vuelto a ver. / La lengua, según Saussure, es una institución social que ningún individuo aislado puede modificar por sí mismo.)
n)     Delante y detrás de ciertos adverbios, giros adverbiales y conectores que, emplazados en el interior de una oración, actúan como incisos. Entre ellos: es decir, esto es, o sea, a saber, por consiguiente, por lo tanto, además, aparte de eso, en todo caso, en efecto, sin embargo, en realidad, en cambio, por último, finalmente, posiblemente, así pues, etc.
o)      Después de un adverbio de afirmación o negación colocado al comienzo de la oración y después de una interjección también en posición inicial (ejemplos: Sí, juro. / ¡Oh, qué grata sorpresa!).
p)     La palabra etcétera siempre lleva una coma delante y ocasionalmente una atrás. Esta última puede suprimirse en muchos casos.
q)      En el encabezamiento de las cartas se escribe coma entre el lugar y la fecha.

Algunos usos incorrectos de la coma:

a)      No debe ponerse coma entre el sujeto y su verbo ni entre el verbo y sus complementos, excepto en los casos en que los separa un inciso o frase incidental. Constituye un error escribir: * El nuevo reglamento aprobado, entró hoy en vigencia; pero sí será correcto colocar coma en la siguiente oración: La admirable voz de la soprano italiana, quien dominaba la escena con su figura, cautivó al auditorio.
b)      Tampoco debe escribirse coma detrás de la conjunción adversativa pero cuando va seguida de una oración interrogativa. Lo correcto es: Pero ¿nadie te informó que la inscripción ya cerró?


Punto y coma (;)

El punto y coma se utiliza para separar proposiciones yuxtapuestas de cierta extensión, relacionadas entre sí por el sentido. En general, la elección del punto y coma o del punto seguido dependerá del vínculo semántico que exista entre las oraciones o proposiciones. Si el vínculo es débil, es preferible usar punto y seguido; si el vínculo es más fuerte, punto y coma.

Algunos usos del punto y coma:

a)      Separar los miembros de una enumeración que contiene construcciones complejas que ya incluyen comas (ejemplo: Cada una de las plantas de la casa fue usada para distintos fines: la planta baja, como enfermería; el primer piso, como comedor; el último, como cuartel general.)
b)      Separar períodos dentro de una oración que ya incluye comas (ejemplo: Platero, grana de ocaso sus ojos negros, se va, manso, a un charco de aguas de carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos.)
c)      En períodos de cierta longitud, delante de las conjunciones y locuciones pero, mas, aunque, sin embargo, por lo tanto, no obstante, por consiguiente, en cambio, en fin, etc. especialmente si encabezan proposiciones en las que se indican aspectos diferentes de una misma idea o un hecho y su consecuencia (ejemplo: Cinco helicópteros han estado buscando a los posibles sobrevivientes durante toda la noche, además de los equipos que trabajan en tierra; sin embargo, por el momento, los esfuerzos han sido inútiles.)


Dos puntos (:)

Los dos puntos representan una pausa en el discurso que tiene como finalidad llamar la atención sobre lo que sigue. Esta pausa es menor que la exigida por el punto.

Algunos usos de los dos puntos:

a)      Delante de una enumeración explicativa (ejemplo: El manual se divide en tres partes: aspectos teóricos, ejemplos prácticos y ejercitación.)
b)      Para cerrar una enumeración e indicar que se va precisar lo que ella representa (ejemplo: Rigurosidad, perseverancia y método: he aquí las virtudes de un buen investigador.)
c)      Antes de una cita textual en estilo directo (ejemplo: Descartes dijo: Pienso, luego existo.)
d)     En el encabezamiento de las cartas y documentos.
e)      Detrás de los vocativos con los que se inicia el texto de un discurso o conferencia (ejemplo: Distinguido público:)
f)       Cuando a una o varias proposiciones le sigue otra que es aclaración, explicación, causa, consecuencia, resumen o conclusión de las que anteceden (ejemplo: Hay gente que no enmienda sus errores: prefiere perfeccionarlos.)
g)      Cuando se introduce una ejemplificación, detrás de las expresiones por ejemplo, a saber, verbigracia. En el caso de por ejemplo ésta puede aparecer detrás de los dos puntos (ejemplo: Existen mamíferos acuáticos: la ballena, por ejemplo.)
h)     Dentro del discurso jurídico y administrativo, en los documentos oficiales, detrás de verbos como expone, ordena, falla, certifica, declara, etc.

Es incorrecto utilizar dos puntos detrás de la conjunción que. Se considerará incorrecta una construcción como la que sigue: * El juez sostuvo que: “Las pruebas no son suficientes”.


Puntos suspensivos (…)

Los puntos suspensivos indican una interrupción momentánea o definitiva del discurso. Son siempre tres. En los géneros literarios se los utiliza para expresar determinadas actitudes del locutor ante su enunciado o para provocar una reacción emocional en el lector.

Se emplea puntos suspensivos en los siguientes casos:

a)      Para indicar que una enumeración ha quedado abierta o incompleta (aquí tienen un valor similar a etcétera).
b)      Cuando se deja un enunciado incompleto o en suspenso (ejemplo: No sé qué contestó…)
c)      Cuando se quiere indicar una actitud de duda, vacilación, temor o inseguridad del hablante ante su enunciado (ejemplo: Deberíamos comunicárselo… pero ¿cómo?)
d)     Cuando en una exclamación se omite la consecución de una proposición condicional encabezada por si o de una consecutiva encabezada por tan (ejemplo: ¡Si viniera pronto…! o ¡Es tan distraído…!). Lo mismo se aplica cuando se da por sobreentendida una parte de un refrán o dicho popular (ejemplo: Como dice el refrán: “En casa de herrero…”)
e)      Cuando se transcribe literalmente una cita o fragmento textual, para indicar que una parte de ese texto ha sido suprimida; en ese caso, los puntos suspensivos van entre paréntesis o bien entre corchetes allí donde se ha suprimido el texto por razones de longitud o por sobreentendido.

Debe saberse que después de los puntos suspensivos no se escribirá nunca punto, pero que sí pueden escribirse coma, punto y coma o dos puntos. Pueden preceder o no a los signos de exclamación y admiración. Si aparecen al comienzo de un diálogo se entenderá que éste ha sido interrumpido y se escribirán siempre pegados a la raya de diálogo.


Signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!)

Los signos de interrogación y de exclamación enmarcan enunciados interrogativos y exclamativos directos, y se colocan siempre respectivamente al comienzo y al final  de la oración, cuando ella en su totalidad tenga un carácter interrogativo o exclamativo (ejemplos: ¿Cuándo fue publicada la noticia? / ¡Quién lo hubiera imaginado!). En los demás casos, deben colocarse donde empiece y termine la interrogación o exclamación, aunque no coincida con el comienzo o final de toda la oración (ejemplos: Con respecto a las inundaciones anunciadas, ¿se ha previsto adoptar algún tipo de medida? / ¡Adelante!, sugirió amablemente la dueña de la pensión.)
No debe escribirse punto después de los signos de cierre de interrogación o exclamación, ya que constituyen una pausa fuerte de por sí. Los signos de apertura son obligatorios: no debe suprimírselos por imitación de otras lenguas (como el inglés). También es necesario tener en cuenta que cuando las proposiciones incluidas y los vocativos ocupan la primera parte de un enunciado no quedan enmarcados por los signos de interrogación y exclamación respectivos. En cambio, si están colocados al final de la pregunta o exclamación sí se consideran incluidos en ella (ejemplo: Alicia, ¿a qué hora llega el próximo tren? / ¿A qué hora llega el próximo tren, Alicia?)
Tanto los signos de interrogación como de exclamación pueden utilizarse para expresar ironía (ejemplo: ¡Como es tan inteligente!). Los signos de exclamación se utilizan, por su parte, para enmarcar interjecciones o frases interjectivas, como: ¡Oh! ¡Ah! ¡Caramba! Por su parte, el signo de cierre de interrogación se utiliza para indicar duda o desconocimiento acerca de un dato: ? – 1567 (lo que significa que se desconoce el año de nacimiento de esa persona muerta en 1567). También pueden usarse los signos de cierre, tanto de interrogación como de exclamación, encerrados entre paréntesis para dar a entender ironía, incredulidad, duda o asombro ante un error o hecho infrecuente.


Paréntesis ( )

Son signos que sirven para encerrar elementos aclaratorios o incidentales introducidos en un enunciado, cuya supresión, en general, no conllevaría un cambio esencial en el significado del enunciado. Se recomienda reducir al mínimo el uso de paréntesis y reemplazarlos siempre que sea posible por rayas.

Algunos usos de los paréntesis:

a)      Cuando se interrumpe el discurso para intercalar frases o incisos aclaratorios o incidentales, especialmente si tienen cierta longitud o un escaso vínculo con lo enunciado anterior o posteriormente (ejemplo: Los sobrevivientes de guerra (algunos han venido acompañados hasta por sus nietos) tienen reservadas las primeras filas.)
b)      Para intercalar datos aclaratorios precisos, como fechas de acontecimientos, lugares históricos o de nacimiento y muerte de personajes, año de publicación de obras, nombres de lugares o topónimos, significado o explicación de siglas y abreviaturas, traducción de frases o palabras extranjeras, nombre de autores, citas, acotaciones, etc. (ejemplos: El significante (aspecto sonoro del signo) es importante en poesía. / Miguel Cané (1850-1905) / Su familia vive en Toronto (Canadá). / Las estadísticas de la OMS (Organización Mundial de la Salud) son alarmantes.)
c)      En las bibliografías, para indicar la fecha de publicación de una revista.
d)     Cuando al citar una obra se aclara el nombre del traductor, prologuista, compilador, etc.
e)      Para indicar que se omite texto en una cita o fragmento textual, encerrando los puntos suspensivos que representan la omisión.
f)       En los textos dramáticos, para indicar los apartes y las acotaciones del autor (indicaciones escénicas, etc.).


Corchetes [ ]


Cumplen funciones muy parecidas a los paréntesis, pero tienen algunos usos particulares, como los que siguen:

a)      Para enmarcar los puntos suspensivos que indican texto omitido o desconocido en una cita o transcripción textual.
b)      Cuando es necesario introducir algún dato aclaratorio en un texto que ya está entre paréntesis.
c)      Para encerrar las palabras o finales de palabra suplidos al transcribir códices, documentos antiguos o portadas de libros también antiguos.
d)     En poesía, para enlazar un verso con otro cuando por cuestiones de imprenta el verso no cabe en la misma línea (en este caso sólo se usará el corchete de apertura).
e)      Para llamar la atención sobre algún error o afirmación inusual en un texto citado mediante la expresión [sic].


Comillas


Las comillas se emplean esencialmente para citar y para destacar palabras en un texto. Existen tres tipos de comillas: las comillas españolas, también llamadas angulares o latinas (« »), las comillas inglesas o voladas (“ ”) y las comillas simples (‘ ’). Las comillas se emplean en los siguientes casos:

a)      Cuando se transcriben citas textuales, cualquiera sea su extensión.
b)      En el empleo del estilo directo cuando se trata de diálogos cortos y aislados.
c)      En ocasiones, en los textos narrativos, se utilizan para reproducir el pensamiento de los personajes, reservándose la raya para la transcripción directa de los diálogos.
d)     Para citar títulos de capítulos, artículos incluidos en revistas, libros y periódicos, poemas, relatos, canciones, cuadros, películas, conferencias, charlas, seminarios, secciones de un periódico, etc. (ejemplos: Borges ha declarado en más de una ocasión que “El Golem” es su poema favorito. / Lo único que lee del periódico es la sección “Deportes”.) Vale remarcar que no deben usarse comillas para citar los títulos de libros, revistas, diarios, folletos o fascículos. Para estos se utilizará siempre letra cursiva (ejemplo: El cuento “Bestiario” se encuentra en el libro Bestiario de Julio Cortázar.)
e)      Para destacar neologismos, barbarismos, vulgarismos, jergas, términos y expresiones en lenguas extranjeras o a las que se les asigna un sentido diferente al habitual.
f)       Para utilizar una palabra en forma irónica.
g)      En los apodos, seudónimos y alias que acompañen al nombre. No así cuando se encuentren aislados (ejemplos: La novela más importante de Leopoldo Alas, «Clarín», es La regenta. / En La regenta Clarín aborda una temática similar a la de Ana Karénina de Tolstoi.)
h)     Para destacar una palabra que se intercala en una oración con un valor puramente metalingüístico o como definición de otra (ejemplo: El verbo «abolir» es defectivo. / Buscaba otra palabra en lugar de “trabajar”. Cfr. con: Buscaba otra palabra en lugar de trabajar.)
i)        Incluir una cita dentro de otra que ya está encomillada. Se prefiere en este caso utilizar primero comillas angulares y luego inglesas; o bien inglesas y luego simples.


Raya (—)

La raya, también llamada guión largo o guión mayor, indica una pausa sintáctica del discurso menor que el paréntesis. La raya debe usarse en los siguientes casos:

a)      Para intercalar frases aclaratorias o incisos que interrumpen el discurso (ejemplo: Entre tantos aspirantes al cargo —eran más de cien— sólo diez hablaban inglés.)
b)      Cuando el texto ya está encerrado entre paréntesis y se debe incluir un inciso, éste irá entre rayas.
c)      Para señalar el cambio de interlocutor en los diálogos.
d)     En las narraciones, para delimitar y aislar las aclaraciones del narrador del parlamento de los personajes se usarán rayas. Esto puede hacerse de dos maneras: si las palabras del personaje no continúan después de la intervención del narrador, se colocará una raya delante del comentario, sin necesidad de encerrarlo entre ellas (ejemplo: —Esperamos que regrese pronto —afirmó la mujer sin levantar la vista del registro de huéspedes.). En cambio, si el parlamento continúa después de la acotación del narrador, deben escribirse dos rayas (ejemplo: —Sí, he visto antes a ese hombre —confesó la dueña del hotel—. Ocupó una habitación en el primer piso.)


Guión (-)

El guión, también denominado guión menor, es más corto que la raya y posee otros empleos. Es muy importante no confundir sus usos y utilizar el que corresponde según la ocasión. El guión nunca puede emplearse para indicar, por ejemplo, el diálogo o para encerrar una frase parentética como sí lo hacen las rayas. El uso fundamental del guión es para introducir cortes dentro de una palabra o bien para indicar una unión circunstancial de dos vocablos que normalmente no lo están o bien que conforman vocablos compuestos, como el caso de los adjetivos gentilicios que indican oposición, contraste o vínculo circunstancial y transitorio (guerra franco-prusiana o imperio austro-húngaro). Sin embargo, cuando se trata de compuestos que indican fusión de los caracteres o de los territorios no se usará guión: pueblos hispanoamericanos, lengua indoeuropea.
También se usará guión para indicar el transcurrir del tiempo entre el año inicial y final de un acontecimiento, de un proceso o de la vida de una persona (ejemplo: durante los siglos XVI-XVII) y entre las cifras que indican las páginas y capítulos de un libro o de una publicación (ejemplo: páginas 134-156).






Fuente:

García Negroni, María Marta (coord.). El arte de escribir bien en español. Manual de corrección de estilo. Edición corregida y aumentada. Santiago Arcos, Buenos Aires, 2006. P

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